Uno más uno igual a seis

 Opinión 

Sofía Moreno Abril

Este 13 de marzo se llevaron a cabo las elecciones para elegir a los próximos 108 senadores y 171 representantes a la cámara que se encargaran de aprobar o denegar las leyes que se propongan durante los próximos 4 años.

El gran dilema es que, a más de 8 días de la elección, aún no se conocen los resultados; durante la jornada electoral se dio a conocer el escrutinio de varias mesas y con base en esto, se empezó a especular sobre las personas que se creía iban a ocupar estos puestos; pero en Colombia nada es lo que parece, cuando el escrutinio de las mesas ya iba por más de la mitad, resulto que, aparentemente, los votos estaban mal contados.

Es preciso recordar que la palabra fraude rodaba en el aire mucho antes de empezar las elecciones, debido a que tanto partidos de izquierda como el Pacto Histórico y de derecha como el Centro Democrático aseguraban que “se iban a robar las elecciones”, como quien dice “los ladrones se están metiendo a los conjuntos”.

Pero tras tantos años con el mismo miedo fueron pocos los ciudadanos que pusieron cuidado, hasta que el terrible día llego.

La jornada empezó aparentemente sin problemas, en realidad lo difícil se presentó más, cuando personas llegaron a votar y ya alguien había votado por ellas, cuando en varios lugares alrededor del país negaron la existencia de tarjetones o cuando tiempo después la gente empezó a entrar a la página de la registraduría y noto que su voto no existía.

Pero… ¿de quien es la culpa? ¿Quién es el ladrón?

La respuesta a esta pregunta depende de a quien se la formule, aquí le voy a contar lo que creo yo, porque este cuento no tiene fin y aunque se lo den nadie puede confirmar que sea el verdadero.

El primer tema que se debe tocar para dar una respuesta es el de la poca y casi nula capacitación a los jurados de votación, quienes en el transcurso de los días se han quejado en repetidas ocasiones debido a la falta de información, además, muchos de ellos aseguran que los tarjetones presentados durante la capacitación no eran los mismos que los entregados el día de las votaciones y que muchos de ellos ni siquiera habían votado por primera vez lo cual llevo a que no pudiesen brindar información clara y concisa a los votantes que tenían dudas.

La novatada y la falta de personal docente, que se dio, entre otras cosas por petición de partidos de derecha quienes aseguraban los docentes estaban “adoctrinados por la izquierda”, dio vía libre a que el conteo se saliera de control, frente a la falta de experiencia el enredo en el conteo fue enorme pues se encontraron formularios mal diligenciados, sin firma de los jurados y hasta algunos que se perdieron por el camino.

Todo esto nos lleva a nuestro segundo tema, la pérdida de votos y el reconteo y es que lo que en realidad lo que despertó al avispero fue el 25% de las mesas que no contaban ni con un solo voto para el partido polito Pacto Histórico, lo cual es bastante raro debido a la gran cantidad de personas que votan por mesa, acompañado de el gran apoyo que recibió este partido durante las votaciones interpartidistas.

Debido a este aire de fraude y a la desconfianza creada debido al problema anteriormente mencionado este partido pidió un reconteo con el cual se pudo evidenciar los votos que habían sido ignorados durante el primer conteo y con lo cual lograron ganar otras 3 curules tan solo en el senado.

Esto despertó varios sentimientos en distintos partidos, como en los partidos Nuevo Liberalismo y Fuerza ciudadana quienes creen conseguir beneficios de un reconteo y partidos como Centro democrático y el conservador que perdieron las curules y aseguran les están robando las elecciones.

Frente a este miedo, no solo ellos sino muchos otros partidos piden un reconteo general, pero existe un gran problema y es que ya se perdió la cadena de custodia, las bolsas que se entregan selladas por los jurados después de las votaciones y que se destapan solamente a la hora del conteo, ya han pasado por muchas manos, han sido vistas por muchos ojos y publicadas en muchas redes, por lo cual, nada nos garantiza a los votantes y a los partidos que no se hayan perdido o modificado más votos.

Para finalizar es más que claro que en Colombia sobornan, venden y compran los votos, no se sabe con exactitud quienes, tal vez solo algunos o tal vez son todos, lo unico que se puede hacer como ciudadanos es estar informados y luchar para que no nos sigan robando, no dejar que nos siguán cultivando la cultura del miedo y si es posible brindar nuestros servicios como testigos electorales. 

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